La “realidad”, como sabía Nietzsche, no existe. Es un diseño más o menos constante; impuesto por los poderes que dominan este planeta, poderes orientados hacia el dominio absoluto.
 

El poder es siempre relacional, no sustancial. ¿Cómo se trenzan, hoy, las relaciones de poder; en dónde prolongan sus líneas los poderes capitalistas postindustriales y en dónde inauguran nuevos ordenamientos?

El control proyecta un universo pregrabado, laminado y muerto. Es un diseño más o menos constante, impuesto. ¿Cómo se genera la adicción al control? ¿Cómo funcionan los dispositivos de control y hacia qué nebulosas de configuración apuntan?

Burroughs equiparaba el poder de intrusión del biocontrol con el de un virus. Jünger observaba cómo la legalidad modificada del sentido instrumental del poder aspiraba a instaurar “una especie nueva de vida”. Foucault observa que la nueva articulación de los poderes no sólo organiza la vida, puede hacerla proliferar, fabricar lo viviente, producir virus incontrolables y universalmente destructores. Para Virilio, se trata del amanecer de la inercia polar, del encierro en medios abiertos, ligado a la colonización de la intraestructura de los cuerpos animales. En ese sentido, Deleuze muestra que el control significa la instalación
progresiva y dispersa de un nuevo régimen de dominación.

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Este libro es un recorrido por la obra de cinco visionarios —Jünger, Foucault, Burroughs, Virilio y Deleuze—, un recorrido a través de la Urorbe, sus ruidos y tramas de diseño subjetivo que amenazan con laminar los acontecimientos y nuestras vidas.